Nunca he de rendir la torre
de mi asediado castillo:
he puesto en cada ladrillo
Ideales y fervores
Ergo, Angelica, no llores
cuando el odiado enemigo
haya acabado conmigo
y tomado mis colores
Cuanto eso ocurra, se buena
y ven a visitar mi tumba
entre la mar y la arena!
Oh diosa amada y terrena
sobre mis hijos alumbra
y sobre mis huesos truena!
No comments:
Post a Comment